Interés.

INTERÉS: Interés es un término económico y jurídico que se refiere a la cantidad de dinero que una persona puede ganar o perder en una inversión. También se refiere al beneficio o al costo de una acción o una serie de acciones. El interés puede ser positivo o negativo, y el término se usa a menudo para referirse al costo de un préstamo o de una inversión.

Tasa de Interés: ¿Qué es? ¿Cómo se calcula?

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¿Qué es el interés y por qué es relevante en el derecho?

Pese a lo que pueda parecer a primera vista, no resulta sencillo dar una respuesta unívoca a la pregunta planteada. Esto es debido, en parte, a que el concepto de “interés” es un término muy amplio y genérico que puede referirse a diversos aspectos de la realidad, desde un simple deseo o inclinación personal hasta cuestiones más objetivas como, por ejemplo, una rentabilidad económica.

A este respecto, cabe señalar que, en el ámbito del derecho, el interés no solo se refiere al interés personal o subjetivo de una persona, sino que también puede hacer referencia a un bien jurídico protegido por la ley o a una finalidad perseguida por el derecho.

Así, por ejemplo, el artículo 3 del Código Civil español enumera una serie de “bienes y derechos” que gozan de protección jurídica, entre los que se encuentran el derecho a la vida, a la integridad física y moral, a la libertad, a la intimidad, a la propiedad… En este sentido, podemos decir que todos estos bienes y derechos son objeto de interés jurídico, es decir, de protección por parte del derecho.

Por otro lado, la jurisprudencia española ha señalado que el derecho tiene como finalidad el logro de la justicia, entendida ésta como “la armonía y el equilibrio entre los intereses en pugna”. De este modo, podemos decir que el interés relevante para el derecho es el interés general o público, entendido éste como el conjunto de bienes y valores que deben ser protegidos por el derecho para garantizar el logro de la justicia.

Arbitrariedad.

En consecuencia, podemos decir que el interés es relevante para el derecho porque es el elemento central sobre el que gira todo el sistema jurídico. El derecho protege aquellos bienes y valores que se consideran relevantes para la sociedad y, a su vez, busca garantizar el logro de la justicia mediante el establecimiento de un equilibrio entre los intereses en conflicto.

¿Cómo se calcula el interés?

Los intereses se calculan en función de una base anual, que se divide a su vez en periodos más cortos. El porcentaje que se aplica sobre esta base se denomina tipo de interés. Si, por ejemplo, el tipo de interés es del 3% anual, cada mes se aplicará una fracción correspondiente a ese 3%. Existen diferentes formas de calcular los intereses: simple, compuesto u otros métodos como el efectivo anual equivalente. A continuación se explica el cálculo de intereses de forma más sencilla.

Para calcular los intereses que se generan en un determinado período, se debe conocer la cantidad de dinero inicial (capital), el tipo de interés y el número de períodos. La fórmula general para el cálculo de intereses es la siguiente:

Intereses = Capital x Tipo de interés x Número de períodos

Por ejemplo, si se tiene un capital inicial de 1.000 euros, un tipo de interés del 3% anual y se quiere calcular los intereses generados en un plazo de 6 meses, la fórmula sería la siguiente:

Causación.

Intereses = 1.000 euros x 3% x 6 meses = 180 euros

Por lo tanto, al finalizar los 6 meses, el capital total será de 1.000 + 180 = 1.180 euros.

Si se desea calcular los intereses de forma más exacta, se puede utilizar la fórmula del interés compuesto. En este caso, se considera que los intereses generados en cada período se suman al capital inicial y, a partir de ese momento, generan intereses en el siguiente período. De esta forma, la fórmula quedaría como sigue:

Intereses = Capital x (1 + Tipo de interés)^Número de períodos - Capital

Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo anterior, la fórmula quedaría como sigue:

Certificado.

Intereses = 1.000 euros x (1 + 3%)^6 meses - 1.000 euros = 192,16 euros

Así, al finalizar los 6 meses, el capital total será de 1.000 + 192,16 = 1.192,16 euros. Como se puede ver, el cálculo es ligeramente más complejo, pero permite obtener un resultado más exacto.

¿En qué situaciones se puede exigir el pago de intereses?

El pago de intereses se puede exigir en los siguientes casos:

-Cuando se incumple un contrato y el acreedor sufre un perjuicio.
-En operaciones de crédito, para compensar el riesgo asumido por el prestamista.
-Por impago de rentas o alquileres.
-Por deudas tributarias.
-En determinadas sentencias judiciales.

En España, el tipo de interés legal establecido en la Ley está destinado a ser utilizado en aquellos casos en los que no se ha establecido otro tipo de interés contractualmente. Sin embargo, el Código Civil permite que se establezca cualquier tipo de interés en los contratos, siempre que no sean abusivos.

Coactiva.

El interés abusivo es todo aquel que, teniendo en cuenta las circunstancias del caso concreto, resulte desproporcionado e incline de manera excesiva la equidad contractual a favor del obligado al pago. Para determinar si un interés es abusivo, se tendrán en cuenta todas las circunstancias del caso, como la naturaleza del contrato, el objeto del mismo, la finalidad perseguida por el establecimiento del interés o el grado de cumplimiento del obligado.

Asimismo, se considerará abusivo todo interés que supere el doble del interés remuneratorio del dinero. Sin embargo, el Código Civil establece que el simple hecho de superar este límite no implica necesariamente que exista un interés abusivo, ya que se tendrán en cuenta todas las circunstancias del caso.

En el caso de que se establezca un interés abusivo, el tribunal podrá pronunciarse de oficio o a petición de parte, y fijará un interés moderado que aparezca justificado en función de las circunstancias del caso.

¿Cuál es la tasa máxima de interés que se puede cobrar en España?

La tasa máxima de interés que se puede cobrar en España es del 10%.

¿Existen diferentes tipos de interés?

Los interés, tanto nominales como reales, pueden clasificarse en diferentes tipos atendiendo a su finalidad. Así, por ejemplo, podemos hablar de:

Interés legal: Es el que se establece por ley y no puede modificarse ni por el contrato ni por las partes (por ejemplo, el interés de demora en los pagos).

Interés convencional: Se trata del que resulta de la negociación entre las partes y que viene recogido en el contrato.

Interés compensatorio: Se debe al retraso en el cumplimiento de una obligación y se calcula teniendo en cuenta el daño producido.

Interés punitivo: Se impone por la falta de cumplimiento de una obligación y suele ser más elevado que el interés compensatorio.

Interés de demora: Es el que se debe pagar por el retraso en el pago de una cantidad debida.

Interés remuneratorio: Se cobra por el uso o disfrute de un bien o servicio.

Interés de capitalización: Se refiere al interés que se va acumulando sobre la deuda original y que, por tanto, forma parte del capital a pagar.

Interés simple: Se trata del interés que se calcula sobre la cantidad prestada únicamente.

Interés compuesto: Se calcula sobre la cantidad prestada y sobre los intereses generados hasta el momento.

¿Qué consecuencias jurídicas puede tener el no pago de una deuda?

EDICIÓN: Soy abogado de EE. UU., no España. Las leyes varían significativamente de un país a otro. Debido a esto, no puedo responder a su pregunta con certeza. No obstante, le recomiendo que consulte con un abogado español o un experto en derecho español antes de tomar acción legal.

¿Puede existir una cláusula abusiva en un contrato que estipule el pago de intereses?

La respuesta a esta pregunta es "sí": una cláusula abusiva puede aparecer en cualquier tipo de contrato, y no sólo en aquellos que traten sobre el pago de intereses. En general, una cláusula abusiva es aquella que establece una condición desfavorable para una de las partes, que es excesivamente onerosa o que impone cargas injustificadas. Estas cláusulas suelen estar ocultas en los contratos, de manera que la persona que las firma no es consciente de que está aceptando una condición abusiva.

En el caso concreto de los contratos que estipulan el pago de intereses, las cláusulas abusivas más comunes son aquellas que establecen un tipo de interés excesivamente elevado, que no se corresponde con el riesgo real del préstamo, o que imponen cargas adicionales al prestatario sin una justificación objetiva.

Por ejemplo, una cláusula abusiva podría ser aquella que establezca un tipo de interés del 15% para un préstamo de 1000 euros, cuando el mercado ofrece tipos mucho más bajos (por ejemplo, el 5%). En este caso, la cláusula podría considerarse abusiva porque el prestatario estaría siendo objeto de un trato desfavorable, y porque el interés establecido es excesivamente elevado.

Otro ejemplo de cláusula abusiva podría ser aquella que establezca que, en el caso de que el prestatario no pueda hacer frente al pago de la deuda en la fecha estipulada, deberá abonar una penalización de 100 euros. Esta cláusula podría considerarse abusiva porque impone una carga adicional al prestatario, que no se corresponde con el riesgo real del préstamo.

Para Finalizar

El interés (del latín īnterēs, compuesto de īn, 'dentro', y terest, 'ser')1​ es una magnitud económica en función de la cual se asigna el valor del dinero a lo largo del tiempo. La persona que recibe una suma de dinero hoy y se compromete a devolverla dentro de un tiempo prefijado, exige una compensación por el hecho de hacer ese sacrificio de retrasar el consumo. El dinero hoy tiene más valor que en el futuro porque se puede consumir ahora2​ y porque su poder adquisitivo suele estar protegido contra la inflación. Es decir, si una persona dispone de una cantidad de dinero hoy y desea mantener ese mismo nivel de consumo en el futuro, necesitará más dinero en el futuro para comprar los mismos bienes y servicios. Etimología y concepto El término deriva etimológicamente de interesse, interés (verbo italiano interessare) e interest, interés (verbo latín interesse),3​4​ que a su vez proviene del verbo inter eo; esto es, "estar entre". El concepto de interés surge cuando alguien posee cierta capacidad o facultad para percibir beneficios derivados de la posesión de un bien, un derecho o el ejercicio de una función. La cuantía del beneficio percibido se conoce también como rentabilidad. Aunque el interés se perciba sobre la totalidad del capital invertido, su cálculo se realiza generalmente sobre la base de la parte del capital no remunerada, que se conoce también como capital pendiente de reembolso.