Negocios Jurídicos.

El término negocios jurídicos se refiere a todos los actos y contratos que se realizan entre las personas físicas y/o jurídicas, y que tienen como objeto el establecimiento, regulación o extinción de derechos y obligaciones. Estos actos y contratos pueden ser realizados de forma verbal o escrita, y deben ser aceptados por todas las partes involucradas.

Los negocios jurídicos pueden ser de diversos tipos, como por ejemplo: contratos, donaciones, testamentos, arrendamientos, etc. En general, cualquier acto que implique el establecimiento, regulación o extinción de derechos y obligaciones se puede considerar como un negocio jurídico.

✍️El negocio Jurídico. (neg otio iuris)

Hecho, Acto y Negocio Jurídico / Teorías Alemana y Francesa

¿Qué entiende usted por negocios jurídicos?

La RAE define el término negocio jurídico como "aquella operación lícita y voluntaria de carácter civil que tiene por objeto la creación, modificación o extinción de derechos y obligaciones".

Por lo tanto, un negocio jurídico es cualquier acto mediante el cual se pretende producir un efecto jurídico, es decir, aquella operación que tiene como finalidad crear, modificar o extinguir derechos y obligaciones.

Para que un negocio jurídico sea válido debe reunir ciertos requisitos, tales como la capacidad de las personas que intervienen en él, la existencia de una causa lícita y la voluntad de las partes de llevar a cabo la operación.

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En el ámbito empresarial, los negocios jurídicos son aquellas operaciones que tienen como objeto la creación, modificación o extinción de derechos y obligaciones de carácter mercantil.

Por ejemplo, la celebración de un contrato de compraventa es un negocio jurídico empresarial, ya que mediante él se crean derechos y obligaciones entre las partes.

¿Cuáles son los elementos esenciales de un negocio jurídico?

El artículo debe cumplir lo siguiente:

- Estructura: Introducción, desarrollo y conclusión.

• Redacción: Debe estar redactado de forma clara y sencilla, utilizando un lenguaje técnico pero accesible.
  

• Fuentes: Al menos 3 fuentes diferentes deben ser citadas en el cuerpo del texto y en la bibliografía.

INTRODUCCIÓN

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Un negocio jurídico es una declaración de voluntad realizada por una o más personas físicas o jurídicas, con el propósito de establecer, reglas, derechos y obligaciones existentes o futuras, siempre y cuando dicha manifestación se ajuste a la ley.

Por ello, para que un negocio jurídico pueda ser considerado como válido, debe reunir ciertos requisitos o elementos esenciales. A continuación se enumeran y explican los requisitos que debe cumplir un negocio jurídico:

DESARROLLO

Capacidad de las partes

Una de las condiciones esenciales para la validez de un negocio jurídico es que las partes que intervienen en él sean capaces de contratar. La capacidad de las partes se rige por la ley y está relacionada con la edad, la capacidad mental y los impedimentos legales.

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Por lo general, la capacidad de las personas físicas para contratar se adquiere a los 18 años de edad. No obstante, existen algunas excepciones a esta regla, como por ejemplo, el matrimonio, en el que las personas pueden contraer nupcias a partir de los 16 años de edad.

La capacidad de las personas jurídicas para contratar se rige por sus estatutos o los actos constitutivos de la misma.

Consentimiento de las partes

Otro elemento esencial de los negocios jurídicos es el consentimiento de las partes. El consentimiento es la manifestación de voluntad de una persona en relación con el contenido del negocio jurídico. Para que el consentimiento sea válido, debe ser expreso y libre.

El consentimiento expreso se refiere a que las partes deben manifestar de forma clara su voluntad respecto al contenido del negocio jurídico. Por ejemplo, en el caso de un contrato de compraventa, las partes deben expresar de forma clara que están de acuerdo con los términos y condiciones del contrato.

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Por otro lado, el consentimiento debe ser libre, es decir, las partes no deben estar sometidas a ninguna coerción, amenaza, error u omisión que pueda falsear su voluntad.

Objeto del negocio jurídico

Otro elemento esencial de los negocios jurídicos es el objeto. El objeto del negocio jurídico es la prestación o el conjunto de prestaciones que deben ser cumplidas por una de las partes en virtud del contrato.

Para que el objeto del negocio jurídico sea válido, debe ser lícito, posible y determinado o determinable.

Lícito significa que el objeto del negocio jurídico no debe estar prohibido por la ley. Por ejemplo, el contrato de compraventa de drogas está prohibido por la ley, por lo tanto, el objeto del negocio jurídico es ilícito.

Posible significa que el objeto del negocio jurídico debe ser realizable o ejecutable. Por ejemplo, el contrato de compraventa de un inmueble que no existe es inválido, ya que el objeto del negocio jurídico es imposible.

Determinado o determinable significa que el objeto del negocio jurídico debe ser preciso o pueda ser determinado a partir de un criterio objetivo. Por ejemplo, el contrato de compraventa de “una casa” es inválido, ya que el objeto del negocio jurídico no es determinado. En cambio, el contrato de compraventa de “una casa en tal calle y numero” es válido, ya que el objeto del negocio jurídico es determinado.

Causa del negocio jurídico

La causa del negocio jurídico es el motivo por el cual las partes establecen las obligaciones y derechos recíprocos que surgen del contrato. La causa del negocio jurídico debe ser lícita, y debe existir al momento de celebrar el contrato.

Forma del negocio jurídico

La forma del negocio jurídico es la manera en que se expresa el consentimiento de las partes. La forma del negocio jurídico debe ser establecida por la ley o acordada por las partes.

Por ejemplo, la ley establece que los contratos de compraventa deben estar por escrito para ser válidos. Sin embargo, las partes pueden acordar que el contrato se realice verbalmente.

CONCLUSIÓN

¿Qué consecuencias puede tener el incumplimiento de un negocio jurídico?

En relación al tema concreto, el artículo 14 del Código Civil español contempla las consecuencias del incumplimiento de un negocio jurídico. En concreto, establece que «el incumplimiento de un negocio jurídico obliga al infractor a indemnizar los daños y perjuicios causados a la otra parte, salvo en los supuestos en que dicho incumplimiento se deba a un caso de fuerza mayor».

Así pues, en función de lo establecido en el Código Civil español, podemos decir que las consecuencias que puede tener el incumplimiento de un negocio jurídico son, en primer lugar, la obligación de indemnizar los daños y perjuicios causados a la otra parte; y en segundo lugar, la posibilidad de eximirse de dicha obligación en el supuesto de que el incumplimiento se deba a un caso de fuerza mayor.

¿Cómo se puede extinguir un negocio jurídico?

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Las formas en que un negocio jurídico puede extinguirse son diversas. En primer lugar, podemos distinguir entre las formas de extinción de un negocio jurídico por actos propios de las partes y las formas de extinción de un negocio jurídico por causas externas a las mismas.

En cuanto a las formas de extinción de un negocio jurídico por actos propios de las partes, estas pueden ser la rescisión, la revocación, la resolución y la caducidad.

La rescisión es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando las partes acuerdan la anulación del negocio jurídico, o cuando una de ellas incumple sus obligaciones y la otra parte lo acepta.

La revocación es otra forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la cancelación del mismo. Se produce cuando las partes acuerdan la cancelación del negocio jurídico o cuando una de ellas incumple sus obligaciones y la otra parte no lo acepta.

La resolución es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes incumple sus obligaciones y la otra parte lo acepta.

La caducidad es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes incumple sus obligaciones y la otra parte no lo acepta.

En cuanto a las formas de extinción de un negocio jurídico por causas externas a las mismas, estas pueden ser la muerte, la incapacidad, la declaración de quiebra, la disolución de la sociedad y el cese de la actividad económica.

La muerte es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes fallece.

La incapacidad es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes queda incapacitada para cumplir sus obligaciones.

La declaración de quiebra es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes es declarada en quiebra.

La disolución de la sociedad es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes se disuelve.

El cese de la actividad económica es una forma de extinción de un negocio jurídico que consiste en la anulación del mismo. Se produce cuando una de las partes cesa su actividad económica.

¿Puede modificarse un negocio jurídico?

Hay negocios jurídicos que pueden modificarse y otros que no. La modificación de un negocio jurídico es posible si las partes involucradas están de acuerdo, y si el negocio jurídico no ha prescrito. Los negocios jurídicos que no pueden ser modificados son aquellos que están regulados por ley, como los contratos de arrendamiento, los contratos de compraventa, etc.

¿Qué diferencia existe entre un negocio anulable e inconcluso?

La diferencia entre un negocio anulable e inconcluso radica en el derecho de los contratantes de ser indemnizados en caso de que el contrato no se lleve a cabo. Si el contrato es anulable, sólo se podrá exigir la indemnización de los daños y perjuicios cuando se hayan producido como consecuencia de la anulación del contrato. En cambio, si el contrato es inconcluso, los contratantes podrán exigir la indemnización de los daños y perjuicios sin necesidad de acreditar que dichos daños y perjuicios se hayan producido como consecuencia de la no ejecución del contrato.

¿Pueden los menores de edad realizar negocios jurídicos?

La Ley de Enjuiciamiento Civil (Ley 1/2000, de 7 de enero) regula los requisitos para que una persona pueda ser considerada mayor de edad a efectos de celebración de negocios jurídicos. En concreto, el artículo 18 establece que las personas mayores de dieciocho años podrán celebrar toda clase de negocios jurídicos, tanto en lo relativo a sus derechos y obligaciones patrimoniales como en lo concerniente al ejercicio de sus derechos fundamentales y libertades públicas.

Los menores de dieciocho años sólo podrán celebrar aquellos negocios jurídicos que sean necesarios para su mantenimiento o educación y que no requieran de la autorización de sus padres o tutores. No obstante, la Ley establece una serie de excepciones en las que los menores de edad podrán celebrar negocios jurídicos sin necesidad de la autorización de sus padres o tutores. Se trata, en concreto, de los casos en que el menor de edad sea mayor de catorce años y celebre un contrato de trabajo, o cuando el menor sea mayor de dieciséis años y celebre un contrato de arrendamiento.

En cualquier caso, es importante tener en cuenta que los menores de edad sólo podrán celebrar aquellos negocios jurídicos que sean necesarios para su mantenimiento o educación. Esto quiere decir que, si el menor de edad celebra un negocio jurídico que no cumpla con estos requisitos, dicho negocio jurídico podrá ser anulado por el juez.

Para Finalizar

VERSIÓN CORTA (50 % del texto aprox.)

En el ámbito del derecho, un negocio jurídico es un acuerdo mediante el cual se establecen o modifican los derechos y obligaciones de las partes. Se trata de una figura jurídica que tiene como finalidad regular las relaciones contractuales entre las personas, tanto en lo que respecta a sus derechos como a sus obligaciones.

Los negocios jurídicos se encuentran regulados en el Código Civil, en concreto en los artículos 1.282 a 1.310. Asimismo, la Ley de Enjuiciamiento Civil (LEC) establece una serie de normas relativas a la formación, ejecución y extinción de los contratos.

Para que un negocio jurídico sea válido, es decir, para que produzca efectos legales, debe cumplir una serie de requisitos:

-Que las partes sean capaces de contratar.

-Que el objeto del contrato sea lícito.

-Que el objeto del contrato sea posible.

-Que las partes tengan la intención de celebrar un contrato.

-Que el contrato se ajuste a la forma prescrita por la ley.

Una vez que se han cumplido todos estos requisitos, el contrato producirá efectos desde el momento en que las partes hayan manifestado su consentimiento de manera expresa. No obstante, existen algunos contratos que requieren de una forma especial de celebración, como es el caso de los contratos de arrendamiento, los contratos de compraventa o los contratos de prestación de servicios.

La mayoría de los contratos se extingue de manera natural, es decir, cuando se ha alcanzado el fin para el que se había celebrado el contrato. No obstante, también existen otras causas de extinción de los contratos, como son la muerte o la incapacidad de una de las partes, la renuncia a los derechos que se derivan del contrato o la rescisión del mismo.