Tercio De Libre Disposición.
El tercio de libre disposición es una figura del derecho sucesorio español que permite a los hijos reservarse una parte de la herencia, de forma que el cónyuge no pueda incluirla en la sociedad conyugal. Esto es posible gracias a que se considera que el tercio de libre disposición forma parte del patrimonio del hijo y no del cónyuge. Sin embargo, hay que tener en cuenta que el tercio de libre disposición solo se puede establecer a favor de los hijos y no de otros familiares.
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HERENCIA - LIBRE DISPOSICIÓN TESTAMENTARIA
- ¿Qué es un tercio de libre disposición?
- ¿Cuáles son los límites del tercio de libre disposición?
- ¿Cuándo se puede hacer uso del tercio de libre disposición?
- ¿A quiénes les corresponde el tercio de libre disposición?
- ¿Por qué se estableció el tercio de libre disposición?
- ¿Cuál es el objetivo del tercio de libre disposición?
- ¿Qué consecuencias jurídicas tiene hacer uso del tercio de libre disposición?
- Para Finalizar
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¿Qué es un tercio de libre disposición?
En España, el tercio de libre disposición es un derecho que se otorga a los hijos en relación con la herencia de sus padres. Se trata de una cuota que los hijos pueden reclamar de la herencia de sus padres, y que no puede ser modificada por voluntad de éstos. El tercio de libre disposición representa un tercio de la herencia total, y se calcula después de que se hayan deducido las deudas y los legados. Los hijos pueden renunciar a este derecho, pero sólo si lo hacen de forma expresa y por escrito.
¿Cuáles son los límites del tercio de libre disposición?
La respuesta a esta pregunta depende de la interpretación que se dé al artículo 1.342 del Código civil español, que regula el tercio de libre disposición. El artículo establece que "el cónyuge no podrá disponer, en su testamento, de más de la tercera parte de los bienes del caudal común", lo que significa que el cónyuge no puede dejar todos sus bienes a una persona que no sea su cónyuge. No obstante, el artículo también señala que el cónyuge podrá disponer de la totalidad de los bienes que hayan sido adquiridos por él o por ella después de la disolución del matrimonio o después de que se haya declarado la separación judicial. Esto significa que, en teoría, el cónyuge puede dejar todos sus bienes a una persona que no sea su cónyuge, siempre y cuando dichos bienes hayan sido adquiridos después de la disolución del matrimonio o de la separación judicial. No obstante, esta interpretación del artículo 1.342 del Código civil español ha sido cuestionada por algunos tribunales españoles, que han sostenido que el límite del tercio de libre disposición no se aplica únicamente a los bienes adquiridos después de la disolución del matrimonio o de la separación judicial, sino también a los bienes adquiridos antes de tales acontecimientos. Según esta interpretación, el cónyuge no podrá dejar todos sus bienes a una persona que no sea su cónyuge, aunque dichos bienes hayan sido adquiridos antes de la disolución del matrimonio o de la separación judicial.
¿Cuándo se puede hacer uso del tercio de libre disposición?
Hay una serie de momentos en los que se puede hacer uso del tercio de libre disposición en España. En primer lugar, cuando se celebra un matrimonio, cada cónyuge puede disponer libremente de un tercio de su patrimonio. También se puede hacer uso del tercio de libre disposición en el momento de la separación o el divorcio, ya que en estos casos cada persona puede disponer de un tercio de sus bienes para su propio uso. Por último, también se puede hacer uso del tercio de libre disposición en el momento de la muerte de una persona, ya que en este caso se puede disponer libremente de un tercio de los bienes del difunto.
¿A quiénes les corresponde el tercio de libre disposición?
El tercio de libre disposición consiste en la parte de los bienes del fallecido que no está sometida a obligaciones legales, y por lo tanto puede ser dispuesta libremente por el albacea designado en el testamento. Según el Código Civil, el tercio de libre disposición corresponde a los descendientes directos del fallecido (hijos, nietos, etc.), a los cónyuges viudos y, en su defecto, a los padres y abuelos. No obstante, en determinadas circunstancias y cuando exista una voluntad expresa del fallecido, el tercio de libre disposición puede ser otorgado a otras personas, tales como hermanos, sobrinos, tíos, primos, amigos, etc.
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¿Por qué se estableció el tercio de libre disposición?
El tercio de libre disposición se estableció para que el titular de una propiedad tenga la libertad de decidir cómo se usará o se dispondrá de una tercera parte de esa propiedad. Este derecho se otorga tanto a personas físicas como jurídicas, y suele ser muy útil cuando se trata de planificar el futuro de una propiedad, ya que garantiza que el titular podrá decidir libremente el destino de una parte de ella. El tercio de libre disposición puede ser especialmente útil para asegurar que se pueda disponer de una propiedad de acuerdo con los deseos del titular, incluso si ese titular fallece antes de que se pueda llevar a cabo su voluntad.
¿Cuál es el objetivo del tercio de libre disposición?
El objetivo del tercio de libre disposición es permitir que el cónyuge sobreviviente disponga de una parte de los bienes del fallecido para su sustento y el de sus hijos. Este tercio se calcula a partir del valor total de los bienes del fallecido, y el cónyuge sobreviviente puede disponer de él libremente, sin tener que rendir cuentas a los hijos del difunto.
¿Qué consecuencias jurídicas tiene hacer uso del tercio de libre disposición?
El tercer de libre disposición es una figura jurídica que establece que una persona puede disponer de un tercio de su patrimonio a su gusto, sin tener que rendir cuentas a nadie. Esto significa que la persona puede decidir a quién se lo deja, en qué cantidad y en qué condiciones. Sin embargo, esta figura jurídica tiene sus límites y consecuencias.
En primer lugar, el tercer de libre disposición solo se puede aplicar a aquellos bienes que sean considerados como patrimonio propio. Esto significa que no se puede aplicar a los bienes gananciales, es decir, aquellos bienes que pertenecen al matrimonio y que están en común entre los cónyuges. Tampoco se puede aplicar a los bienes hereditarios, es decir, aquellos que se han recibido por herencia o donación.
En segundo lugar, el tercer de libre disposición no puede aplicarse de manera arbitraria. Es decir, la persona que lo aplica no puede dejar a su familia sin recursos ni sustento. Por lo tanto, es necesario tener en cuenta las necesidades de la familia para establecer el tercer de libre disposición.
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En tercer lugar, el tercer de libre disposición no es inmutable. Es decir, si la persona que lo establece cambia de opinión, puede modificar o cancelar el tercer de libre disposición.
En cuarto lugar, el tercer de libre disposición puede ser revocado por el tribunal. Si se considera que la persona que lo ha establecido ha actuado de mala fe o ha incumplido sus obligaciones familiares, el tribunal puede anular el tercer de libre disposición.
En quinto lugar, el tercer de libre disposición puede ser cuestionado por los acreedores. Si la persona que lo ha establecido tiene deudas, los acreedores pueden exigir el pago de dichas deudas antes de que se pueda hacer efectivo el tercer de libre disposición.
Por último, el tercer de libre disposición puede ser tributado. Esto significa que si la persona que lo ha establecido tiene impuestos pendientes, el importe del tercer de libre disposición puede ser retenido para pagar dichos impuestos.
Para Finalizar
El tercio de libre disposición establece el derecho de una persona a disponer de una parte de su patrimonio, una vez que haya fallecido, de acuerdo a su voluntad. Este derecho se encuentra regulado en el Código Civil español en los artículos 685 a 689.
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El tercio de libre disposición se puede establecer a favor de cualquier persona, ya sea un pariente, un amigo o una institución. No obstante, hay algunas limitaciones en cuanto a qué bienes se pueden incluir en el tercio de libre disposición. En general, sólo se pueden disponer de los bienes que el testador poseía al momento de su fallecimiento, y que no hayan sido objeto de una disposición previa. Asimismo, el tercio de libre disposición no puede ser utilizado para contravenir las disposiciones relativas a la sucesión forzosa establecidas en el Código Civil.
Por lo general, el tercio de libre disposición se establece mediante una disposición testamentaria. No obstante, también se puede establecer mediante un contrato privado o una escritura pública. En cualquier caso, es importante que la disposición se haga de forma clara y precisa, de modo que no queden dudas sobre la voluntad del testador.
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